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Arquitectura militar. Las murallas renacentistas de Dalt Vila. Ibiza, Islas Baleares. 

La ciudad de Ibiza, con más de dos milenios y medio de historia, es la más antigua de las Baleares. Fundada como asentamiento fenicio en el siglo VII a.C, su emplazamiento primitivo se situó en el Puig de Vila (81 m), a modo de una acrópolis desde la que se podía controlar tanto su entorno marítimo como terrestre. Este núcleo urbano elevado se componía, además, de una zona portuaria situada junto a la bahía. Contaba con templos, zonas artesanales e importantes alfarerías. La importancia y vitalidad de este enclave fenicio, el más septentrional de Mediterráneo occidental y con relaciones comerciales con las colonias grecorromanas del norte (Ampurias, Marsella, etc), eran tales que ya en el siglo V a.C. su población ascendía a alrededor de 4.000 habitantes y exportaba productos manufacturados a diferentes lugares del Mediterráneo.

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Frente este de las murallas de Dalt Vila, desde el mar. De izquierda a derecha, el baluarte de San Bernardo, la catedral de Santa María y los baluartes de Santa Tecla y Santa Lucía.
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Detalle del Plano de la Plaza y Puerto de Yviza y sus contornos, 1752, realizado por Juan Ballester (1688-1766) Explicación con clave alfanumérica indicando indicando castillo, baluartes, cuarteles, iglesias, etc. Expresión de vegetación y cultivos. Relieve por sombreado. Sondas batimétricas. Sondas. Colores a la aguada verde, encarnado, amarillo y gris. 
 
Nombre de los Baluartes: C, de San Bernardo (Sant Bernat); D, de San Jorge (Sant Jordi); E, de San Jaime (Sant Jaume); F, de San Pedro (Sant Pere); H, de San Juan (Sant Joan); I, de Santa Lucía (Santa Llúcia); J, de Santa Tecla.
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Interior del baluarte de San Juan, desde el acceso de vehículos. Obsérvese el considerable grosor de los muros.
Exterior de las murallas; al fondo, el baluarte de San Pedro desde el tramo de la muralla que lo une con el de San Juan.
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Murallas-Dalt-Villa-acceso-Puerta-del-Mar
Originalmente, el acceso a la Puerta del Mar desde el exterior era quebrado para facilitar su defensa. Grabado anterior a su reforma de 1.864.
La larga rampa de acceso a la Puerta del Mar, tambien conocida como Portal de ses Taules, entrada principal del recinto amurallado.
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Murallas-Dalt-Villa-Patio-de-armas
El recinto del Patio de Armas, desde la Plaza de la Villa, ya en el interior del recinto amurallado de Dalt Vila.
Interior del Patio de Armas o Cuerpo de Guardia, paso protegido desde la Puerta del Mar al interior de la ciudad amurallada. 
Destruida Cartago en el siglo II a.C, Ibiza pasó a ser una ciudad federada de Roma, conservando cierta autonomía política y continuando su actividad comercial e industrial. En la segunda mitad del siglo I d.C. Ibiza se convirtió en un municipio romano. Sin embargo, a partir de entonces se inició un período de decadencia, común al resto del Imperio, que terminó con la caída de éste y la llegada de los vándalos en el siglo V y de los bizantinos en el siglo VI.

En el siglo X, Ibiza formaba parte de al-Andalus. Los árabes construyeron un triple recinto fortificado que fue desapareciendo paulatinamente a partir de la reconquista de la isla por los cristianos durante la primera mitad del siglo XIII, quedando los lienzos intermedios de la muralla absorbidos por las edificaciones urbanas y manteniéndose el recuerdo de los recintos árabes en el nombre de las distintas partes de la ciudad: Vila de Dalt, Vila d'Enmig y Vila d'Avall o arrabal.  
 
A mediados del siglo XIV, durante la guerra entre Aragón y Castilla, Ibiza fue víctima de un ataque que produjo graves destrozos en la muralla además de saquear la zona del Pla de Vila. En esta época la ciudad aún estaba protegida por la fortificación de origen árabe, que tuvo que ser reparada después del conflicto.  
 
Tras un período de prosperidad, a finales del siglo XV y particularmente durante el XVI, la isla y la ciudad sufrieron diversos ataques por parte de la armada turca y de los piratas argelinos que dejaron claro que las murallas medievales no podían hacer frente a los ataques de artillería, por lo que se proyectaron nuevas murallas basadas en el uso de baluartes y cortinas reforzadas dentro de un amplio plan de modernización de las defensas costeras del Mediterráneo, comenzado por Carlos I y continuado por Felipe II para proteger los territorios de la Corona de dichos ataques y de las pretensiones francesas en la zona.
Murallas-Dalt-Villa-Santa-Lucia
Murallas-Dalt-Villa-Santa-Lucia-desde-San-Juan
El baluarte de Santa Lucía. Tanto el ángulo como el grosor de los muros, así como su inclinación, estaban diseñados para resistir ataques con artillería.
El baluarte de Santa Lucía visto desde el de San Juan. En este paño de muralla, aunque no pueda apreciarse, se encuentra la Puerta del Mar.
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Murallas-Dalt-Villa-San-Juan-desde-Santa-Lucia
El baluarte de San Pedro fotografiado desde el de San Jaime. En su unión con las murallas se disponían piezas de artillería para su defensa.
Vista del baluarte de San Juan desde el de Santa Lucia. La Puerta del Mar está protegida desde los dos huecos que hay en el cuerpo situado entre la muralla y el baluarte.
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Murallas-Dalt-Villa-San-Jaime
Torreta de vigilancia en el baluarte de San Jaime, con el baluarte de San Jorge al fondo.
Baluarte de San Jaime desde el de San Jorge.
El proyecto de las murallas de Ibiza fue realizado por el ingeniero militar Juan Bautista Calvi, y consistía en sustituir las antiguas cercas medievales por modernos lienzos y baluartes ataluzados siguiendo los avances de la arquitectura militar desarrollada en Italia durante la primera mitad del siglo XVI. 
 
Los detalles de su ejecución y otros muchos pormenores se conocen a través de la extensa documentación de la época y por la abundante correspondencia de los arquitectos e ingenieros que dirigieron las obras. Estas fueron iniciadas en enero del año 1555 bajo la dirección de Calvi, comenzando por la parte de poniente, al ser en ese momento la más débil de la ciudad. En una primera fase de la actuación se construyeron seis baluartes: San Jorge y San Jaime (los dos primeros levantados), San Pedro, San Juan, Santa Tecla y San Bernardo. 
 
Realizado el tramo más urgente, correspondiente al situado entre los baluartes de San Jorge y San Jaime, Calvi abandonó la isla en marzo de 1555, hallándose los baluartes de poniente prácticamente concluidos e iniciado ya el del San Pedro. Tras su marcha las obras se hicieron más lentas, alternándose con épocas de inactividad. Así, en 1563 se trabajaba en la cimentación de los baluartes de San Juan y Santa Tecla y en 1568 se construía el paño de muralla entre ambos. Poco después se iniciaba el último baluarte proyectado por Calvi, el de San Bernardo, frente al castillo, y se trabajaba en el Cuerpo de Guardia de la Puerta del Mar inicialmente prevista, que se había proyectado para el extremo oeste de la plaza de Vila. Calvi había fallecido en 1564.
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Murallas-Dalt-Villa-Santa-Tecla
Continuación de la muralla desde el baluarte de Santa Tecla hacia el de Santa Lucía
Baluarte de Santa Tecla.
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Murallas-Dalt-Villa-San-Juan
Pequeña torreta de vigilancia en el baluarte de San Juan.
El baluarte de San Juan, con parte del paño de muralla que lo une con el de San Pedro, con sus parapetos y casamatas.
Alrededor de 1575, la traza del proyecto original fue modificada por el también ingeniero Jacobo Paleazzo Fratín, quién había llegado a Ibiza para inspeccionar las obras, observando la existencia de un barrio extramuros que consideró conveniente proteger. Para ello se añadió un nuevo baluarte, el de Santa Lucía, y se amplió el de San Juan, cuyas obras de rectificación estaban en marcha en 1578, además de modificar la situación del acceso principal, la Puerta del Mar, que se decido situar en el muro que uniría los dos baluartes citados. También se realizaron mejoras en las obras ya realizadas para dotarlas de una mayor seguridad. Ese mismo año, las nuevas murallas y baluartes fueron eficaces ante los ataques turcos, aunque el arrabal de La Marina sufrió serios daños y fue saqueado. 
 
En la primera mitad de la década siguiente se concluyeron prácticamente el resto de trabajos, levantándose el baluarte de Santa Lucía, el muro que la une con el de San Juan y la Puerta del Mar, que se inició en 1584, flanqueada por dos esculturas romanas y con una gran lápida conmemorativa sobre el arco de entrada en la que se esculpieron las armas de Felipe II, el escudo de la ciudad y una inscripción en la que aparece el año 1585 como su fecha de terminación. 
 
En la última década del siglo XVI se realizaron remates en los baluartes con parapetos y casamatas y se finalizaron las obras del Cuerpo de Guardia situado en la entrada principal 
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El conjunto amurallado de Dalt Vila, visto desde el norte en una imagen de principios del siglo pasado.