Artículos. Características invariantes de la arquitectura popular española
Transcripción del conocido artículo del arquitecto e historiador Carlos Flores López (Cuenca, 14 de junio de 1928), uno de los primeros en estudiar la arquitectura popular. Autor de un extenso y valorado catálogo de cinco volúmenes titulado Arquitectura popular española (1973), además de otras obras sobre el mismo tema, entre las que destacan La España popular: raíces de una arquitectura vernácula (1979) o Pueblos y lugares de España (1991).
Abadin. El elemento base de la vivienda tradicional, un sencillo volumen prismático, suele complementarse con ampliaciones en sus laterales, como en este caso. Sin embargo, es frecuente que las construcciones auxiliares se dispongan de forma separada.
Germade. Vivienda tradicional, formada por un único cuerpo prismático de dos plantas, muros de mampuesto de pizarra y piedras de mayor tamaño -de granito- para formación de huecos y refuerzos de esquinas y un tejado de losas.
Algunas características invariantes en relación con la arquitectura popular española
Carlos Flores
Con el propósito de contribuir a la definición y delimitación del concepto "arquitectura popular" y a través de un método que pudiera ser considerado como de "aproximaciones sucesivas" se incluyen estas veintiséis puntualizaciones que no pretenden representar ningún tipo de teoría completa y cerrada sino, muy al contrario, algo que por su propia esencia está demandando ser continuado y completado:
1.- Enraizamiento en la tierra y en el pueblo; respuesta, casi siempre inmediata y directa, a las necesidades y posibilidades de sus futuros usuarios y a la tradición histórica y cultural de la zona en que se produce.
2.- Adaptación al medio. Gran influencia de los factores fisiográficos y climáticos, sin que por ello represente "un precipitado geográfico".
3.- La arquitectura popular rara vez pretende una modificación radical del medio en el que aparece, lo que requeriría recursos que normalmente no se encuentran al alcance del constructor popular.
4.- Ligazón con las tradiciones del entorno respecto de materiales, técnicas constructivas, soluciones plásticas y organización de los espacios interiores.
5.- Predominio de un sentido utilitario. Funcionalismo. economía.
6.- Mantenimiento de prototipos con escasas variaciones. Si se da paso a una novedad, se hace apoyándose en razones lógicas muy poderosas.
7.- Predominio del sentido común. escaso margen para la frivolidad o la fantasía.
8.- Fuerte incidencia de los factores económicos con ahorro en lo posible pero nunca en aquellos aspectos que a la larga originarían nuevos dispendios.
9.- La obligada economía de medios materiales ejerce un efecto positivo al despojar a la arquitectura popular de casi todo aquello que no sea estrictamente necesario; sobriedad y elegancia como resultados habituales.
10.- Prudencia que elimina cualquier preocupación por agotar las posibilidades del material.
11.- Sencillez constructiva. la presencia de un problema complejo se resuelve mediante la solución, encadenada, a una serie de problemas simples.
12.- Se trata de una arquitectura pre-industrial tanto por lo que se refiere a técnicas como a herramientas y materiales.
13.- Enfoque desprejuiciado en relación con los aspectos plásticos. Soluciones de dentro a fuera. Predominio de las razones funcionales.
14.- En algunas obras de arquitectura popular pueden detectarse fallos o deficiencias debidos a una falta de formación académica y en ciertos casos, o aspectos, al carácter "no profesional" de quienes la realizan. estos fallos pueden no sólo ser disculpables sino representar incluso valores positivos al introducir componentes de índole naïf que que contribuirán a aumentar el atractivo de la obra. Cuando deficiencias semejantes aparecen en el campo de la arquitectura profesional su valoración, por el contrario, no puede ser más negativa al poner de manifiesto el desinterés o incompetencia de quienes la ejecutan.
15.- Realización de una obra definitiva que será utilizada por su autor y seguramente por sus descendientes. esta circunstancia elimina cualquier aspecto de provisionalidad.
16.- El esfuerzo personal que el hombre popular dedica a sus obras da lugar a que se establezca entre ambos una cierta "relación afectiva" de incidencia positiva en el resultado final.
17.-La arquitectura popular es, al propio tiempo, una arquitectura de módulo familiar y de conjuntos. los conjuntos se forman por agregación de células, lo que da como resultado una variedad y vivacidad "orgánicas", distintas a la monótona masificación que una repetición ilimitada e indiscriminada llega a producir dentro de la arquitectura profesional.
18.- Al no estar referida a una pauta cronológica basada en repertorios formales, la arquitectura popular no puede ser dividida en períodos estilísticos.
19.- Dentro de la arquitectura popular, las construcciones auxiliares o secundarias son resueltas, por lo general, con la misma atención, cuidado y entrega que la propia vivienda.
20.- La arquitectura popular constituye un fenómeno vivo y no un simple ejercicio de diseño por el que se perciben unos honorarios. Esto induce al arquitecto popular a extender su actuación y cuidado más allá de los límites estrictos de la casa, preocupándose por cuestiones tantas veces marginadas por el arquitecto profesional. Se tiene en cuenta la proyección exterior de la vivienda: soportales, cobertizos, terrazas, galerías, bancos, poyos, emparrados, etc.
21.- La arquitectura popular no es realizada como un objeto de especulación, sino para satisfacer la necesidad de aquel que la promueve, en la mayoría de los casos el propio usuario. A esta circunstancia tal vez haya que atribuir la falta de preocupación por dotar a estas obras de una apariencia que estimule su consumo.
22.- La vivienda popular rural constituye un reflejo de la vida del hombre campesino y ha sido ajena, en general, a las ideas de comodidad y confort tal y como las ha venido entendiendo la sociedad burguesa. El ámbito popular ha constituido también, durante muchos siglos, la antítesis de lo que representa nuestra actual sociedad de consumo. El hecho de consumir queda reducido en él a unos mínimos de primera necesidad. Cada objeto no sólo es empleado al máximo de sus posibilidades, sino que, una vez desechado por inservible para su función primitiva, se le encuentran otros usos adicionales que prolongan su utilización.
23.- La arquitectura popular no representa, en general, una arquitectura primaria o elemental sino que responde y está ligada a situaciones culturales propias y específicas. Dentro de la escala de valores que la determinase encontrarán algunos casos próximos a un cierto primitivismo, mientras que en la mayoría de ellos aparecen soluciones que responden a conceptos y situaciones claramente evolucionados.
24.- La arquitectura popular viene determinada por un marcado carácter rural no sólo por encontrar en este medio alguna de sus raíces más profundas sino porque, hasta épocas muy recientes, el carácter predominante, incluso en la ciudad, era el rural. La ciudad, como medio absoluto y totalmente urbano, supone, en términos generales, una creación exclusiva de nuestro tiempo.
25.- La arquitectura popular ofrece, con frecuencia, un predominio de los valores volumétricos sobre los espaciales, si bien la existencia de elementos tales como patios, galerías, soportales, etc. Dará lugar también a soluciones de una indiscutible calidad y significación desde el punto de vista del espacio.
26.- Como final de estas reflexiones habría que señalar la presencia importante, dentro del aarquitectura popular,de una doble componente casual/causal conincidencia profunda y directa sobre aquellos aspectos compositivos o, en general, estéticos que determinarán su apariencia final. También, que algunas de las decisiones entendidas como simplemente casuales obedecen con frecuencia a razones estrictas de carácter funcional. En todo caso, es preciso insistir en el papel importante que, en la arquitectura popular, alcanzan componentes puramente fortuitos, dando lugar a soluciones compositivas y estéticas inesperadas de expresividad y originalidad poco frecuentes dentro de la arquitectura profesional.
De otro lado, los molinos de agua son también muy frecuentes en toda la zona, al ser numerosos los cauces de agua y múltiples los usos que en su día tuvieron este tipo de construcciones, habiendo una gran variedad de ellos y conservándose en un estado aceptable muchos de ellos, a pesar de que todos ellos han dejado de ser utilizados, salvo uno o dos, y algunos de ellos han sido adaptados a nuevos usos relacionados con el turismo.
Dejando a un lado el mecanismo en sí del molino -tan variado en uso y disposición que no puede tratarse si no es en un estudio específico- los edificios que los alojan tienen una serie de características comunes con el resto de las construcciones populares de la comarca.
Los molinos, comunales o privados, pueden estar directamente situados sobre el río -cuando su caudal cubre lo necesario y es constante- o necesitar de una presa asociada que, elevando el nivel de agua del cauce en su emplazamiento, la dirige hacia el molino, que puede estar construido a su lado en la misma orilla o bien situado algo alejado de la misma, construyéndose un canal de entrada por el cual se alimenta del agua necesaria para su funcionamiento. A veces es necesario, debido a la escasez de caudal en determinadas épocas de año, almacenar el agua en una alberca adyacente al molino que permite su utilización cuando alcanza una cantidad suficiente.
La estructura de estos molinos es sencilla, consistiendo en muros de carga realizados con mampuesto de pizarras y esquistos y utilizándose bloques de granito en esquinas y en jambas, dinteles y antepechos de ventanas y puertas, de manera similar al del resto de construcciones de la comarca. En ocasiones, los muros -de un grosor comprendido entre 60 y 80 cms- se realizan exclusivamente con piedra de granito de distinto tamalo y calidad de labra. Es habitual que los muros estén sin revoco, aunque quedan restos de mortero de cal en algunos.
La estructura horizontal en el caso de que haya más de una planta se realiza con vigas de madera y entablado. La zona que aloja el rodezno se cobre con una bóveda de piedra.
Las cubiertas suelen ser a cuatro o a dos aguas, dependiendo del tamaño de la construcción, utilizándose cerchas de madera -normalmente de castaño- como estructura de soporte sobre la que descansa el entablado encima del que se disponen losas de pizarra irregulares, poco elaboradas y de gran tamaño ■