arquitectura popular española
Pueblos. Cadaqués, Gerona.
Cadaqués, situado en la parte oriental de la península del Cabo de Creus, es un pueblo de la provincia de Gerona. Su casco histórico, presidido por la iglesia de Santa María, se configura en un entramado de estrechas calles empedradas y casas blancas que se encuentra al fondo de su bahía, en medio de un litoral rocoso continuación de las sierras que cruzan la comarca del Alto Ampurdán. Aislado por la montaña del Puig de Paní y el Puig de Bufadors del resto de la comarca, el pueblo vivió de cara al mar, dedicado a la pesca y con una difícil comunicación por tierra con los pueblos vecinos hasta finales del siglo XIX, algo que llegó a hacer que su catalán fuera diferente al hablado en la región. Precisamente ese aislamiento atrajo a artistas y turistas durante el siglo XX, que se fueron diseminando entre las diferentes zonas de más fácil acceso, evitando su casco histórico, más incómodo, y conservando de esta manera el urbanismo original de su núcleo aunque el aspecto exterior y el uso de sus construcciones se hayan visto muy modificados, finalmente, a causa de la presión realizada por los intereses del turismo ya en el último tercio del siglo XX.
Cadaqués, situado en la parte oriental de la península del Cabo de Creus, es un pueblo de la provincia de Gerona. Su casco histórico, presidido por la iglesia de Santa María, se configura en un entramado de estrechas calles empedradas y casas blancas que se encuentra al fondo de su bahía, en medio de un litoral rocoso continuación de las sierras que cruzan la comarca del Alto Ampurdán. Aislado por la montaña del Puig de Paní y el Puig de Bufadors del resto de la comarca, el pueblo vivió de cara al mar, dedicado a la pesca y con una difícil comunicación por tierra con los pueblos vecinos hasta finales del siglo XIX, algo que llegó a hacer que su catalán fuera diferente al hablado en la región. Precisamente ese aislamiento atrajo a artistas y turistas durante el siglo XX, que se fueron diseminando entre las diferentes zonas de más fácil acceso, evitando su casco histórico, más incómodo, y conservando de esta manera el urbanismo original de su núcleo aunque el aspecto exterior y el uso de sus construcciones se hayan visto muy modificados, finalmente, a causa de la presión realizada por los intereses del turismo ya en el último tercio del siglo XX.
El núcleo urbano de Cadaqués, visto desde su bahía.
La zona cuenta con importantes restos arqueológicos de miles de años de antigüedad. La condición de puerto natural de la Bahía de Cadaqués hizo que ésta fuera ya utilizada como refugio de sus barcos por griegos y romanos, estableciéndose finalmente en la comarca y enriqueciendo cultural y tecnológicamente al pueblo íbero originario.
La población ya es citada en un documento anterior al año 814 que narra el naufragio de las reliquias de los santos Abdón y Senén que fueron salvadas por los vecinos del pueblo. Se conservan otros documentos, como el de la donación en el año 974 y la compraventa en el año 1030 que hicieron los condes de Ampurias al monasterio de San Pedro de Rodas y que comprendía las tierras del Cabo de Creus. Este último pone de relieve la existencia de pescaderías, pescadores, viñas, puertos, calas y playas en el municipio.
La construcción de la muralla del pueblo tiene su origen en ataques sufridos, dada la vulnerabilidad de Cadaqués a incursiones marinas, incrementada por su ya citado aislamiento geográfico. Sólo se conserva un antiguo baluarte que formaba parte de la muralla, integrado en el ayuntamiento. Un documento del año 1444 narra cómo varias galeras musulmanas atacaron el pueblo y lo incendiaron. No fue el primer ni el último ataque sufrido a manos de piratas argelinos y turcos o corsarios genoveses. La antigua iglesia fue destruida por pirata turco Barbarroja, que asaltó el pueblo el año 1543. Era frecuente que, durante los ataques, un gran número de vecinos fuera capturado por los musulmanes. Dicho motivo hizo que sus marineros salieran a hacer frente a los invasores con frecuencia, creciendo la fama de los cadaqueses como buenos marineros. Ya en el siglo XIII, el rey Jaime I reconquistó Mallorca a los sarracenos con la ayuda de los ampurdaneses.
La población ya es citada en un documento anterior al año 814 que narra el naufragio de las reliquias de los santos Abdón y Senén que fueron salvadas por los vecinos del pueblo. Se conservan otros documentos, como el de la donación en el año 974 y la compraventa en el año 1030 que hicieron los condes de Ampurias al monasterio de San Pedro de Rodas y que comprendía las tierras del Cabo de Creus. Este último pone de relieve la existencia de pescaderías, pescadores, viñas, puertos, calas y playas en el municipio.
La construcción de la muralla del pueblo tiene su origen en ataques sufridos, dada la vulnerabilidad de Cadaqués a incursiones marinas, incrementada por su ya citado aislamiento geográfico. Sólo se conserva un antiguo baluarte que formaba parte de la muralla, integrado en el ayuntamiento. Un documento del año 1444 narra cómo varias galeras musulmanas atacaron el pueblo y lo incendiaron. No fue el primer ni el último ataque sufrido a manos de piratas argelinos y turcos o corsarios genoveses. La antigua iglesia fue destruida por pirata turco Barbarroja, que asaltó el pueblo el año 1543. Era frecuente que, durante los ataques, un gran número de vecinos fuera capturado por los musulmanes. Dicho motivo hizo que sus marineros salieran a hacer frente a los invasores con frecuencia, creciendo la fama de los cadaqueses como buenos marineros. Ya en el siglo XIII, el rey Jaime I reconquistó Mallorca a los sarracenos con la ayuda de los ampurdaneses.
Cadaqués, en un grabado del siglo XVII, con su baluarte y murallas. Los ataques franceses y sarracenos fueron constantes durante siglos en la costa catalana, en muchos de cuyos pueblos y ciudades la monarquía hispana tuvo que construir fortificaciones y defensas que evitaran los daños a la población que ocasionaban. Tomada del libro "Les Plans, et Profils des principales Villes, et lieux considerables de la Principauté de Catalogne", del francés Sébastien de Pontault de Beaulieu (1612-1674)
Imagen tomada desde el mismo lugar que la anterior, detalle de la Punta des Baluard antes de la ejecución de calzada de la Riba Nemesi Llorens que hoy la rodea.
Iglesia de Santa María, en la zona más elevada del pueblo, vista desde la Riba d´en Pitxot con la playa Portdoguer en primer término, utilizada para varar las barcas de los pescadores.
Otra imagen de la Punta des Baluard desde la playa des Portal, con embarcaciones de pesca varadas en la orilla.
El casco histórico de Cadaqués, con la Punta des Baluard en primer plano, en una fotografía tomada desde su bahía en la que se aprecian los restos de construcciones defensivas.
Imagen de una de las calles del interior del casco histórico, la sencillez de las casas se refleja en sus propias fachadas. Al fondo, uno de los arcos de paso de la antigua muralla.
La calle del Tro. Las viviendas mantenían el aspecto tradicional de fachada, realizadas con mampuesto de piedra puntualmente revocadas y encalando el contorno de los vanos.
El crecimiento de la población y la necesidad de organizar el sistema de pesca obligaron a realizar un tratado conocido como las ordenaciones de la pesquera de Cadaqués que abarcaba los siglos XVI y XVIII. Estas ordenaciones establecían unas normas que repartían las calas y la forma de trabajar colectivamente, con el objetivo de favorecer a la comunidad. Un consejo, formado por un gran número de vecinos, se reunía periódicamente para resolver los temas que la afectaban.
Con el paso del tiempo, el mar Mediterráneo fue haciéndose más seguro, lo que permitió que el pueblo fuese creciendo dando paso a la industria, al comercio y a la rutas de ultramar. A lo largo del siglo XIX surgieron numerosas fábricas dedicadas a productos alimentarios y material auxiliar relacionado (anchoas, atún, aceite de oliva, aguardiente, gaseosa, vinagre, pastas, etc.)
Durante el siglo XX, especialmente en su segunda mitad, la tranquilidad y belleza del pueblo atrajeron a un gran número de artistas, que visitaron o fijaron su residencia veraniega en Cadaqués. Eugenio D'Ors, Salvador Dalí, cuya familia tenía su residencia veraniega allí desde el siglo XIX, Marcel Duchamp, Pablo Picasso, Joan Miró, Richard Hamilton, Max Ernst, Magritte, Paul Eluard y su esposa Gala, Josep Pla o Luis Buñuel son varios de los personajes que pasaron o se establecieron en el municipio.
A partir de los años sesenta, el fenómeno del turismo hizo que Cadaqués abandonara casi definitivamente los cultivos y la pesca para atender a los nuevos visitantes que recibía.
Con el paso del tiempo, el mar Mediterráneo fue haciéndose más seguro, lo que permitió que el pueblo fuese creciendo dando paso a la industria, al comercio y a la rutas de ultramar. A lo largo del siglo XIX surgieron numerosas fábricas dedicadas a productos alimentarios y material auxiliar relacionado (anchoas, atún, aceite de oliva, aguardiente, gaseosa, vinagre, pastas, etc.)
Durante el siglo XX, especialmente en su segunda mitad, la tranquilidad y belleza del pueblo atrajeron a un gran número de artistas, que visitaron o fijaron su residencia veraniega en Cadaqués. Eugenio D'Ors, Salvador Dalí, cuya familia tenía su residencia veraniega allí desde el siglo XIX, Marcel Duchamp, Pablo Picasso, Joan Miró, Richard Hamilton, Max Ernst, Magritte, Paul Eluard y su esposa Gala, Josep Pla o Luis Buñuel son varios de los personajes que pasaron o se establecieron en el municipio.
A partir de los años sesenta, el fenómeno del turismo hizo que Cadaqués abandonara casi definitivamente los cultivos y la pesca para atender a los nuevos visitantes que recibía.
El puerto natural del pueblo visto desde la zona de la iglesia. La Punta des Baluard a la derecha, playa des Portal y Es Poal a la izquierda y de frente, respectivamente.
Cadaqués visto desde un monte cercano, con la iglesia de Santa María y el casco histórico sobre el promontorio en torno al cual se realizó el recinto amurallado.
El casco histórico de Cadaqués, perfectamente delimitado, está compuesto por un entramado de calles peatonales, estrechas e irregulares con un ancho medio de entre tres y cuatro metros. El pavimentado de dichas calles está realizado con piedra del lugar, sin labrar, de un tono oscuro que caracteriza la zona. La edificaciones originales solían tener tres plantas (baja + 2) y estaban construidas mediante un sencillo sistema estructural de muros de carga de mampuesto pequeño e irregular de sección considerable y forjados de madera. Las fachadas se encuentran hoy casi en su totalidad revocadas o enfoscadas y pintadas de color blanco, aunque hasta mediados del siglo pasado había un gran número de ellas con el mampuesto visto o con revocos aplicados puntualmente en la planta baja. El color blanco era utilizado en torno a los huecos en las casas donde no se aplicaba a toda su facahada. Las cubiertas tradicionales, resueltas con pares de madera apoyados sobre los muros, son tradicionalemnte a dos aguas y con teja árabe. Las bajantes de pluviales, exteriores en fachada, son de elementos cerámicos, algunas veces vidriados en verde. En las calles más comerciales, las plantas bajas pueden estar ocupadas por pequeños comercios (objetos de arte, ropa, etc) y/o restaurantes de diversas categorías.
La fachada oriental de la Punta des Baluard, con la Riba Nemesi Llorens, que la rodea, vista desde la playa des Portal
Las fachadas de la Riba d´en Pitxot, vistas desde la playa des Portal, en primer término, a la derecha, el extremo de la Punta des Baluard
Plaza del Dr. Tremols, punto de acceso al casco antiguo desde la playa des Portal
Playa des Portal y la plaza del Dr. Tremols, tras los árboles, desde la Riba Nemesi Llorens
En lo alto del casco histórico está la Iglesia de Santa María, templo de una sola y nave con capillas laterales iniciado a mediados del siglo XVI y de estilo gótico tardío en su mayor parte. Los pies de la nave son del siglo XVII (1634-1640) y la llamada Capella Fonda es de los siglos XVII-XIX. En el frontis hay una puerta de arco de punto redondo y un rosetón.
En el interior de la iglesia hay un retablo barroco de 23 m de altura dedicado a la Virgen de la Esperanza, de la escuela de Vic. La obra fue diseñada por Jacint Moretó y realizada por los escultores Pau Costa y Joan Torres. La decoración interior de la iglesia se completa con 9 retablos más de madera dorada y de tamaño inferior. El órgano de la iglesia, realizado por Josep Boscà en 1691, es considerado uno de los más antiguos de Cataluña.
Hay otros edificios religiosos de interés. Uno es el Oratorio de San Pío, pequeña construcción cuadrada, abierta, de apenas tres metros de lado y cubierta con una cúpula. Se levantó en un paraje cercano por los habitantes del pueblo para agradecer al Papa Pío V la victoria de la flota española frente a los piratas turcos en la batalla de Lepanto, en el año 1571. El otro edificio religioso es el Santuario de San Baldirio. Situado entre Cadaqués y la cala de Portlligat, junto al cementerio actual. De estilo Barroco, se levantó alrededor de 1702, dedicado a los santos Abdón y Senén.
De carácter defensivo, la torre de las Creus, antigua torre de vigilancia, de planta cuadrada. Edificada durante el siglo XVII, fue destruida y reconstruida en épocas posteriores. Actualmente se encuentra en ruinas.
En el interior de la iglesia hay un retablo barroco de 23 m de altura dedicado a la Virgen de la Esperanza, de la escuela de Vic. La obra fue diseñada por Jacint Moretó y realizada por los escultores Pau Costa y Joan Torres. La decoración interior de la iglesia se completa con 9 retablos más de madera dorada y de tamaño inferior. El órgano de la iglesia, realizado por Josep Boscà en 1691, es considerado uno de los más antiguos de Cataluña.
Hay otros edificios religiosos de interés. Uno es el Oratorio de San Pío, pequeña construcción cuadrada, abierta, de apenas tres metros de lado y cubierta con una cúpula. Se levantó en un paraje cercano por los habitantes del pueblo para agradecer al Papa Pío V la victoria de la flota española frente a los piratas turcos en la batalla de Lepanto, en el año 1571. El otro edificio religioso es el Santuario de San Baldirio. Situado entre Cadaqués y la cala de Portlligat, junto al cementerio actual. De estilo Barroco, se levantó alrededor de 1702, dedicado a los santos Abdón y Senén.
De carácter defensivo, la torre de las Creus, antigua torre de vigilancia, de planta cuadrada. Edificada durante el siglo XVII, fue destruida y reconstruida en épocas posteriores. Actualmente se encuentra en ruinas.
Carrer des Call, con su arco de acceso al fondo. Las calles del casco histórico son muy estrechas, con anchos que van desde los dos a los cuatro metros.
Cadaqués cuenta con un faro en la Cala Nans. Es una construcción de dimensiones reducidas con forma de torre cilíndrica y blanca que está situado en el límite sur del puerto de Cadaqués. Entró en servicio el año 1864 y actualmente sigue en funcionamiento. Tiene un pequeño embarcadero para facilitar su acceso.
Otro edificio de importancia, aunque no relacionado con la arquitectura popular, es la casa de Don Octavio Serinyana o Casa Blaua, situada en la Riba des Poal, s/n, de estilo modernista, construida a principios siglo XX (1913-15) según proyecto del arquitecto Salvador Sellés y Baró. También modernistas son la Escuela pública Caritat Serinyana, en la calle Sol de l’Engirol, construida en 1915 y la casa Federico y Víctor Rahola, en la plaza de Frederic Rahola, 6.
También modernista es el inmueble conocido como Torre del Colom, en la avenida de Víctor Rahola. Como en el caso de los anteriores, se trata de una construcción de principios del siglo XX. El castillo o torre que había en su lugar fue destruido durante la revuelta "dels Segadors". Más tarde se construyó un molino de trigo que desapareció. Cuando Gabriel Colom compró la finca "el Castell", ésta perdió el nombre antiguo para denominarse la torre o castillo del Colom.
La mayoría del resto de edificios modernistas de Cadaqués son interesante y de cierta calidad. Propiedad de vecinos o llegados de otros lugares que se enriquecieron con sus negociós en América. Suelen encontrarse en las proximidades del paseo marítimo pero que no tienen relación con los edificios tradicionales de la población, por lo que podrían considerarse como una primera fase de lo que posteriormente sería la construcción con fines turísticos que tanto daño ha hecho a todo el litoral español ■
Otro edificio de importancia, aunque no relacionado con la arquitectura popular, es la casa de Don Octavio Serinyana o Casa Blaua, situada en la Riba des Poal, s/n, de estilo modernista, construida a principios siglo XX (1913-15) según proyecto del arquitecto Salvador Sellés y Baró. También modernistas son la Escuela pública Caritat Serinyana, en la calle Sol de l’Engirol, construida en 1915 y la casa Federico y Víctor Rahola, en la plaza de Frederic Rahola, 6.
También modernista es el inmueble conocido como Torre del Colom, en la avenida de Víctor Rahola. Como en el caso de los anteriores, se trata de una construcción de principios del siglo XX. El castillo o torre que había en su lugar fue destruido durante la revuelta "dels Segadors". Más tarde se construyó un molino de trigo que desapareció. Cuando Gabriel Colom compró la finca "el Castell", ésta perdió el nombre antiguo para denominarse la torre o castillo del Colom.
La mayoría del resto de edificios modernistas de Cadaqués son interesante y de cierta calidad. Propiedad de vecinos o llegados de otros lugares que se enriquecieron con sus negociós en América. Suelen encontrarse en las proximidades del paseo marítimo pero que no tienen relación con los edificios tradicionales de la población, por lo que podrían considerarse como una primera fase de lo que posteriormente sería la construcción con fines turísticos que tanto daño ha hecho a todo el litoral español ■
Uno de los varios pasos a través de arcos de Cadaqués, éste en la calle del Dr. Callis. El solado de piedra irregular de las calles es también una característica del pueblo.
Un rincón de la calle Curós. La presencia de distintas especies de plantas es, junto al blanco de las fachadas, uno de los mayores atractivos del pueblo.
Comienzo de la Riba des Poal visto desde la playa des Portal. En segundo plano, la Casa Blaua, edificio modernista de principios del siglo XX. Delante de ésta se pueden ver edificios con terrazas, toldos o proporciones de huecos sin relación alguna con su arquitectura tradicional, como resultado de la presión turística sufrida en esta zona del litoral español.
Los muros de las viviendas tradicionales de Cadaqués están realizados con mampuesto de piedra de pequeño tamaño y muy irreguar. Para hacer los huecos solían utilizarse ladrillos o piedras labradas con los que se regularizaban. Los dinteles se resolvían con vigas de madera, empleándose arcos en algunas casas.
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